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Un juego de niños que se convirtió en un estilo de vida para Brigitte Carabalí

Es una talentosa jamundeña de 19 años, es disciplinada, es alegre y hoy por hoy, es una de las promesas del judo vallecaucano que dio sus primeros pasos hace diez años, aun cuando su mamá, doña Alfanith Carabalí pensaba que este era un deporte demasiado fuerte para que su hija lo practicara.

Briggitte quien era hija única en ese entonces, tan solo tenía 9 años de edad y aunque no encontrará en el inicio un apoyo rotundo de su mamá, poco a poco ella fue viendo esa entrega de su hija y la motivación que a diario ponía en sus entrenos. Con el paso de los meses, el apoyo fue rotundo, la motivación ya era grupal, y en la actualidad doña Alfanith es su fan número uno, pues está pendiente de sus entrenos, resultados y se esmera porque luzca de la mejor manera en cada combate dentro del Tatami.

La judoca no solo es un fenómeno deportivo en cada escenario que visita, sino también la “heroína” para su pequeña hermana de 8 años quien, por cosas del destino y amor a este deporte, ya sigue sus pasos en el Judo. Una pasión que pone a vibrar a la familia Carabalí, y que llena el corazón de cada uno de ellos con mucha adrenalina, cada vez que ven los combates de sus “chicas súper poderosas”.

¨Una vez no quería ir a entrenar porque mis amigos ya se habían retirado y porque había cosas del entrenador que no me gustaban, pues de esas cosas de niños. Fue mi mamá quien terminó impulsándome a entrenar y me llevaba llorando al coliseo porque lo tenía que hacer comenta hoy Briggitte, quien divide su mundo entre la práctica de su deporte y los estudios que adelanta es la Escuela Nacional del Deporte.

Luego de varios viajes y salidas de su natal Jamundí, el judo paso de ser un juego o una distracción diaria, a convertirse en un estilo de vida, pues ya entendía la responsabilidad de representar a todo un departamento y a un país cuando llegó a ser Selección Colombia.

Poco a poco llegaron los apoyos y entendió que con su deporte podía contribuir en el crecimiento de su familia y brindarle mejores oportunidades a su hermanita.

En la actualidad vive en la Villa deportiva de Indervalle, adelanta su carrera profesional y busca no solo conseguir medallas nacionales, en suramericanos o panamericanos, sino que también busca mejorar en cada entreno su parte técnica para cerrar con broche de oro su categoría juvenil, aunque ya sea campeona nacional en la categoría de mayores.

¨Yuyo¨ como de cariño la llaman, aspira llegar a lo más alto dentro de este ciclo olímpico que le permita ser campeona de Juegos Nacionales 2019 y luego ser parte del equipo olímpico para Tokyo 2020, allí muy cerca de uno de sus motores y guías, la olímpica Yuri Alvear.

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