Luis Javier Mosquera: El hércules de Yumbo

“Reaccioné y mi papá quería que estuviera feliz, contento y luchara por mi sueño”

A Luis Javier Mosquera se le ha visto crecer, disfrutar, y muy pocas veces llorar en el equipo nacional. Pero más allá de su tímida forma de ser, su corta sonrisa, la inmensa humildad que lo caracteriza y esa velocidad en los pies a la hora de ejecutar cada movimiento con tal solvencia que hace ver el levantamiento de pesas algo sencillo, casi un juego divertido.

Ha tenido que enfrentar los kilos amargos que la vida le ha puesto en la palanqueta, a sus 21 años, con de ellos en el deporte, nada ha sido tan sencillo como hoy día aparenta ser, después de conquistar el podio mundial juvenil en Kazán RUSIA y mayores en Almaty 2014 a pocos meses del mundial juvenil en Polonia y los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, tuvo que afrontar quizá la competencia más fuerte en lo corrido de su vida, la pérdida de su padre.

“Es una de las cosas más duras que me pudo haber pasado en mi vida creo yo, los primeros días no quería saber nada del deporte, pero reaccioné y recordé que mi papá quería que estuviera feliz, que estuviera contento y que luchara por el sueño que yo tenía, así que esto me ha dado más fuerza y motivación”.

Un suceso que todos pensaron que lo alejaría notablemente de los resultados con miras a las justas panamericanas pero no fue así, en su presentación en Polonia y Canadá estuvo excepcional, como los héroes míticos de Grecia, sacó las ganas de donde pudo y deslumbró una vez más a los asistentes brindándoles una competencia con nuevos registros panamericanos, siendo testigos de su nuevo título mundial juvenil y panamericano.

Después de su gran actuación en los certámenes internacionales entrenaba con miras al mundial pre olímpico en Houston -Texas dónde quería ser campeón mundial y rendir tributo una vez más a su padre, ese amigo incondicional que le inyectaba motivación, ese aliciente que es más fuerte que cualquier dolor físico que puede soportar el cuerpo humano, que la mente y el corazón fortalecían con el tiempo. Pero una lesión de espalda en L4-L5 lo alejó de este camino. Hubo mucha incertidumbre sobre el impacto que podía tener y la recuperación de cara  a los Juegos Olímpicos.

Luis Javier comentaestuve un poco preocupado por eso pero pues gracias a Dios me realizaron una operación en febrero y aquí con fuerza esperando estar al 100%”.

Así a paso lento pero seguro volvió a la tarima internacional en el suramericano de mayores y evento prueba a Olímpicos donde la inauguró con oro en la división 69Kg pero el cuerpo médico lo llevó bajo control.

Iniciaron una serie de fortalecimiento que de manera rápida lo ayudó en el proceso de recuperación. La técnica que utilizó el médico cirujano que operó a Javier permite que a los ocho días de la intervención pueda haber movilidad en la zona afectada.

Hoy con mucha alegría y gratitud vemos que el proceso de Luis Javier produjo una muy buena recuperación, nos pone contentos porque sabemos del talento, las ganas, de la energía positiva y la fe con que trabaja este muchacho”, dice Daniel su fisioterapeuta y amigo.

Sin lugar a duda, con una actitud increíble y seguridad en cada palabra que menciona Javier tiene claro sus objetivos sin dejar a un lado su enorme humildad, esa que lo hace ver grande y esto hace que nuevamente se centre la meta de llegar a lo más alto del podio en Río 2016.

Unidad de Comunicaciones de Indervalle

Wilmer Torres

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