
En la Villa Deportiva, las manos de Nohemy ‘cocinan’ el liderazgo deportivo
Durante años el Valle del Cauca se ha caracterizado por ser una potencia en materia deportiva, dando alegrías en certámenes nacionales, mundiales y olímpicos con sus atletas. Durante el programa “Valle Oro Puro” que lidera la gobernadora Dilian Francisca Toro Torres, uno de sus pilares aparte de recuperar el liderazgo a nivel nacional, es brindar las mejores condiciones a los atletas.
Con esa motivación la Villa deportiva que logró su reapertura el año pasado durante esta administración, es el lugar que acoge actualmente a 36 deportistas de alto rendimiento del departamento, de 11 disciplinas deportivas.
Una villa que brinda no solo hospedaje y alimentación especial, sino la facilidad de una cercanía con los escenarios de entrenamiento y competencia. Una edificación que construye a su vez diariamente sueños deportivos, pero que detrás de todo el esfuerzo recorrido, del apoyo qu reciben también por parte de los profesionales del Centro de Medicina Deportiva de Indervalle, comparten no solo con otros atletas sino con personal de apoyo en la Villa, que se han convertido en una nueva familia.
Tal es el caso de Nohemy Vernaza, quien es la responsable de un área bastante apetecida por los deportistas: la cocina. Por eso las manos de doña Nohemy son muy famosas al ser las que a diario preparan menús a estos campeones nacionales, mundiales y medallistas olímpicos que utilizan el servicio de la Villa deportiva.
Para Indervalle es importante este proceso y por eso desde hace un año con su reapertura, ha dotado a la villa con estándares de higiene y calidad en el servicio de la alimentación, donde los atletas se pueden sentir tranquilos con sus dietas, las cuales se convierten en un factor clave a la hora de recuperación de energía y optimo desempeño en cada jornada de entrenamiento.
Con muchos años de experiencia en la gastronomía, Nohemy nunca imaginó que su oficio la llevara a tener en sus manos la responsabilidad de alimentar a deportistas de altos logros, jóvenes valientes y soñadores, que hace meses conocía tan solo en la presa, la radio o la televisión.
“Cuando supe que tenía que alimentar a estos deportistas, me dio un poco de nervios y susto por la alta responsabilidad, pero me relajé y ahora son unos hijos más, disfrute los ratos en la cocina y con ellos” expresa ella con una tímida sonrisa mientras termina en la mañana lo que será el almuerzo del día.
Hoy con un cálido rol de madre pasó de a poco esa barrera de trabajar para ellos, fue conociéndolos un poco más, los comprende, los “mima”, aprende de sus hazañas, e incluso vive emociones a la par cuando ganan una competencia.
Pero esa pasión nunca impide que se siga concentrando en lo más, pone amor y esa sazón de casa a cada plato. Tiene la porción ideal para aportar más que proteína o carbohidratos, algo que la mayoría reconoce con un gracias, una sonrisa o hasta un abrazo.