
En el norte del Valle del Cauca, Carolina López apoya el proceso de grandes campeones
En el programa “Valle Oro Puro” liderado por la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro Torres, no se han escatimado esfuerzos para que ese liderazgo deportivo de la región resurja, desde Indervalle en cabeza de su gerente Carlos Felipe López López, se busca llevar la recreación, el deporte y la actividad física a los 42 municipios del departamento, dividiendo el trabajo en zonas.
Esta tarea específica en el deporte de altos logros, cuenta actualmente con profesionales de todas las áreas para crear, fortalecer y mantener un nivel deportivo alto, cobijando con buenas condiciones a los atletas que irrumpen en los escenarios deportivos a nivel regional, nacional e internacional.
Profesionales como Carolina López, fisioterapeuta de la zona norte, la cual tiene la responsabilidad de atender a los deportistas de los 16 municipios que comprenden la zona norte del Valle del Cauca, en donde 7 de ellos son municipios priorizados para la atención al atleta, debido al nivel deportivo que representan en sus diferentes disciplinas deportivas.
Su día a día inicia con un recorrido desde su casa ubicada en el municipio de Anserma, sobre las 6:30 a.m. empieza con una labor que la motiva a ser mejor cada día, la jornada va hasta las 6:00 p.m. donde al final siente esa satisfacción por el deber cumplido. Otro de los premios es regresar al hogar donde a diario la espera las delicias que doña Ludia Velázquez su madre le prepara cada noche, llega de consentir en muchas ocasiones, a ser consentida.
Y es que Carolina es la única mujer de dos hermanos, también la única fisioterapeuta en la familia y en su pueblo, una profesión que no la enamoró a primera vista. Decidió estudiar fisioterapia por su padre, Fernando López quien tuvo una lesión en su tibia y peroné que terminaron astillando su estructura ósea.
Don Fernando tenía que desplazarse hasta la ciudad de Pereira para recuperarse recibiendo varias terapias: “Cada sesión costaba alrededor de 40.000 mil pesos y veía que solo duraban 30 minutos”: recuerda Carolina que era quien siempre acompañaba a su padre. De esa forma también le encargaban la tarea de hacer algunos ejercicios en casa y fue en ese proceso que como dice ella “cayó rendida a los pies de la fisioterapia”.
Una vez terminado sus estudios de secundaria Carolina se inscribió en la Fundación Universitaria del Área Andina en Pereira para materializar sus sueños profesionales, metas que no alcanzó a ver realizadas don Fernando que al poco tiempo falleció.
Esto no la detuvo, Ludia tomó el rol de madre y padre, pudo montar un restaurante y con su oficio de chef logró no solo sacar sus otros dos hijos adelante, sino que, a la consentida de la familia, le pude seguir brindando su carrera universitaria.
Carolina terminó sus estudios y las prácticas las hizo en deporte con el equipo de fútbol Águilas de Pereira, al tiempo trabajó en terapias equinas para niños hasta que atendió al llamado de Indervalle para hacer parte del área biomédica del equipo Valle Oro Puro, otro proceso diferente en materia deportiva profesional que enfrentaba. Se ha involucrado de una forma única, siente cada logro de sus atletas como propio, se motiva para retarlos a escalar aún más, mientras ella se concentra en alimentar conocimientos y ofrecerle cada noche a su papá, cada experiencia, cada alegría y cada mínimo detalle de su amor al servicio.